Qué onda, Ricardo. Muy buenos días. Este lunes voy a hablar
de lo que nos dejó el Campus Party en materia de datos.
Quizá el proyecto que más importancia refleja por lo que
puede llegar a convertirse, es la liberación de la plataforma de datos abiertos
del Gobierno del Estado. En la página datos.jalisco.gob.mx hay 104 bases de
datos en archivos de que pueden ser reutilizables con la intención de crear
emprendimientos tecnológicos.
Sin embargo, una vez que se hace la revisión de las bases de
datos, la verdad es que resulta ser información de poco impacto.
Esta, por ejemplo, la base de datos que contiene el
domicilio de las casi 800 fincas que tiene el Gobierno del Estado, y que
funcionan como oficinas o sedes de una dependencia. Pero en ese archivo no
vemos el costo de la compra ni a quién se las compraron.
Otra cosa que no me gustó de la plataforma es que los datos
del Instituto de Información Estadística y Geografía del Estado no están en
archivos cvs, que son los que se pueden usar en una tabla de Excel. Así que
tenemos un bonito gráfico en la plataforma sobre todas las gasolineras del
Estado, pero si las quisiera mapear en otra plataforma como googlemaps, pues
pelas.
Hasta el pasado viernes no se habían subido a esta página
ninguna base de datos en temas de relevancia como cultura, deportes, ciencia,
tecnología, y sobre todo, seguridad.
Por eso este comentario se llama, los datos que el gobierno
nos debe. Lo dije la semana pasada, y hoy lo repito, me gustaría ver los viajes
de los usuarios de Mibici, que se pudiera mapear la incidencia de desaparecidos
o la cantidad de robos y homicidios que hay por colonias.
Estaría chido también que se pudiera conocer el nombre de
las organizaciones de la sociedad civil que son patrocinadas por el gobierno,
para saber el trabajo que hacen y medir desempeño y resultados.
El Gobierno tiene la capacidad de hacer una gran lista de
información que funcione para cruzar datos.
Por ejemplo, estaría padre conocer la cantidad de usuarios
que se mueven en tren ligero y macrobús, para saber en qué estación entran y en
cuál salen. Si esta información se cruzara con proyectos como Mibici o el
reordenamiento de rutas del transporte público, nos daría resultados muy interesantes.
En Campus Party conocimos experiencias con gente que está
haciendo cosas llamativas en otras partes del país. Por ejemplo, la agrupación
Boque Urbano México, en Monterrey, quiere mapear todos los árboles del país.
Esta información podría ayudar a saber dónde urge reforestar y dónde hay
riesgos potenciales.
Un dato local es que hasta la primera semana de julio, en
Guadalajara ya habían caído 268 árboles por las lluvias.
Otro ejemplo. En la ciudad de México, Carlos Castro contó la
experiencia de usar las matemáticas para solucionar problemas de ciudad. Él
hizo un análisis para el gobierno del Distrito Federal en el que, usando
algoritmos, puedo incrementar la eficiencia de las cámaras de vigilancia con
sólo voltearlas a los sitios donde la incidencia es mayor. Esto implica cambios
en los patrullajes y estrategias de prevención.
Creo que hay que tomarle la palabra al gobernador. Es tiempo
de que los ciudadanos empiecen a incidir más pero que no se hagan, que suelten
los datos que pueden generar mayor impacto.
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